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Intolerancia de alimentos: cuando comer es un martirio

Con una muestra de sangre se detectan hasta 59 alimentos que causan malestar en el organismo

Poder disfrutar de una buena comida es, sin duda, uno de los placeres más grandes de la vida, más aún cuando se trata de nuestro plato favorito. Sin embargo, ¿qué sucedería si nuestro cuerpo empieza a reaccionar mal después de desayunar, almorzar y/o cenar? Y más que un deleite se convierta en una tortura producida por un ‘banquete’ de problemas digestivos, que inicialmente pueden ser suaves y/o imperceptibles, pero que se van agravando al no ser tratados ni descubiertos a tiempo.

Esto fue lo que le sucedió a Lucía Benavides, quien empezó a tener molestias luego de ingerir los alimentos, situación nueva para ella, puesto que antes no presentaba ninguna reacción. Inicialmente, pensó que podía ser algo viral o bacteriano, o a causa de alguna enfermedad pasajera. Sin embargo, el tema se volvió más frecuente y sostenido con el tiempo. “Antes yo podía tomar leche, comer huevos revueltos y un par de panes sin que ‘el estómago se me afloje’, pero, ahora ya no puedo hacerlo… Me lleno de muchos gases, me da dolor de estómago (abdominal) y me hincho, incluso me salen ronchas en el cuerpo”, sostiene.

Según la Dra. Irene Alvarado, nutricionista de IECED, existe una serie de factores que desencadenan una intolerancia alimentaria, estos pueden ser genéticos, orgánicos, funcionales y ambientales. “Hay pacientes que presentan estos cuadros desde el nacimiento, por ejemplo, la intolerancia al gluten. Es decir, el paciente ya nace con esta predisposición… pero también hay quienes los desarrollan a lo largo de la vida”, recalca la galena.

Existen otros casos más extremos (considerados como alergias alimentarias), comenta la experta, donde los pacientes no pueden consumir por nada del mundo uno o varios alimentos específicos, porque podrían ser mortales. “Cuando voy a un restaurante no puedo comer mariscos, incluso, debo asegurarme de que en la preparación de mi plato no se haya realizado contaminación cruzada, es decir, que preparen un pollo en la misma tabla de picar que hayan colocado un camarón, caso contrario no puedo respirar, porque se me cierran las vías respiratorias, pues soy alérgica a este alimento”, añade Kenia Peralta, paciente de Alvarado.

¿Intolerancia o alergia?

Con frecuencia suelen confundirse los términos entre Intolerancia y Alergia de alimentos. Sin embargo, existe una diferencia muy marcada entre ambas. La primera, se trata de una reacción adversa a uno o varios alimentos, donde no participa el sistema inmunitario. En otras palabras, se presenta por la forma en la que el organismo procesa el alimento o sus componentes.

Mientras que, en la segunda, son reacciones mediadas exclusivamente por el sistema inmunitario, las cuales pueden llegar a ser muy graves, incluso poner en riesgo la vida de las personas.

¿Cómo se clasifican las intolerancias?

Según el portal ScienceDirect, en su apartado de Endocrinología y Nutrición, las intolerancias se clasifican en tres ramas: enzimáticas, farmacológica e indeterminadas. La primera, se trata cuando el paciente tiene un déficit de una enzima. Por ejemplo, la enzima lactasa, que es la que permite ‘desdoblar’ o digerir la lactosa (azúcar) presente en la leche. Cuando se posee esa deficiencia, se ocasiona la intolerancia a la lactosa.

La farmacológica es producida por las grandes cantidades de sustancias químicas presentes en algunos alimentos. Por ejemplo, la histamina, la serotonina, tiramina o dopamina (presentes en quesos, berenjenas, espinacas, vino tinto, tomate, plátanos, entre otros). Ahí los pacientes suelen presentar un cuadro parecido a una reacción alérgica, provocando dolores de cabeza o lesiones subcutáneas (ronchas).

Mientras que, los alimentos procesados o ultra procesados son los causantes de las intolerancias indeterminadas, debido a que exponemos a nuestro organismo a estas comidas que no son naturales, sino sintéticas, desencadenando intolerancias que podrían presentarse en etapas adultas si son consumidas en exceso desde la niñez.

Los síntomas de estas intolerancias se pueden presentar en diversos cuadros, afectando varios órganos del cuerpo. Éstas pueden ser dermatológicas, respiratorias, neurológicas y, generalmente, el 50% son trastornos gastrointestinales, tal como le sucede a Lucía. “Las molestias respiratorias, como el asma, la rinitis, que habitualmente se las considera alergias, pueden también tener relación con la intolerancia a un alimento”, mencionó el Dr. Efraín Sánchez, Director del Centro de Investigación Respiratoria CIR.

“Cuando recibo pacientes con dolores estomacales, diarrea o estreñimiento, y el famoso síndrome de colon irritable, antes de realizarle una endoscopia, solicitamos exámenes de laboratorio entre esos el de intolerancia de alimentos, para descartar o afirmar que esta sea la causa de los síntomas”, afirmó el doctor Jorge Rodríguez, gastroenterólogo de EndoscopyNet.

Con una muestra de sangre y sin necesidad de estar en ayunas, se puede determinar la intolerancia a varios alimentos. “Con esta prueba podemos determinar la intolerancia de 59 alimentos en tres niveles: alto, medio y bajo, entre ellos, el huevo, avena, trigo, arroz, cerdo, ternera, pescado, soya, cacao, manzana, entre otros. Y el resultado es entregado en 24 horas.”, indicó Fabricio Echeverría, jefe de laboratorio en Labs.

Por su parte, la doctora Alvarado, sugiere que, si presenta molestia luego de ingerir algún alimento, lo más recomendable es visitar a su médico de cabecera, para que luego de exámenes de laboratorio, se estudie el caso, se determine el tipo y a qué es intolerante o alérgico, y de esta manera se pueda seguir una dieta adecuada a su caso.

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